EL MURAL DE BOTERO Y YO
Cuentan los que allí estuvieron,que se le solicitó al maestro dejar una huella de su fenomenal destreza para pintar,a lo que accedió, brocha en mano y con un tarro de pintura negra de aceite plasmó lo que hoy dicen: a la princesa Inírida, basta ser conocedor de esta leyenda para saber que quien aparese es una dama burguesa,de las cuales el maestro suele visitar o ellas en su afán de estatus lo visitan en su taller de París o en Medellín, cuando se acuerda de visitar su terruño. Para 1994 en compañía de Juan de Dios Soto,uno de los fundadores de Inírida,atinó a comentarme sobre este episodio,yo no le creí, por eso decidí ir hasta el colegio(hoy Instituto donde laboro) Para verificar, la informacion, vine ha enterarme que para gastar el presupuesto,mandaban pintar las escuelas y casa fiscales,y allí encontré a varios hijos de la Princesa Inírida, voliando brocha y tapando cuanta pared vieran, para dejarla diáfana como la ética y la moral pública allí descubrí el ...