DIBUJOS Y PINTURAS EN INIRIDA 1994 a 2003






















16 AÑOS DE VIDA EN INIRIDA








Este espacio verde me ha permitido comprender


lo importante que es por sus colores y su atmósfera.


El paisaje selvático carente en algunas ocasiones de tonos cálidos como el naranja, y el rojo, es un gran verdor que vá desde el verde azuloso al verde amarillento.


Para cualquier artista el paisaje es una gran paleta de donde fluyen los colores, mezcládosen entre si para dar formas extraordinarias de verdor y vida


































































































La capital departamental del Guainía es la ciudad de Puerto Inírida, ciudad creada en 1.963, en el caserío de Obando, jurisdicción del municipio de San Felipe,posteriormente tomó su nombre actual. Municipio desde 1974. Superficie: 72.238 Km2. Año de creación: 1991 Gentilicio: Guainarense Guainía, enmarcado dentro de la orinoquía colombiana, limita por el norte con el departamento del tamentos del Vaupés y Guaviare.La mayoría de su territorio se compone de extensiones planas, aunque se presentan algunos cerros y lomas. Dentro de su hidrografía podemos mencionar los ríos: Guaviare, Guania, inírida, Isana, Tomo y Atabapo, y los caños bocón, Guascavi, Guamaco, Guiña, Nabuquen, Aque, Colorado y Mosquito. Las principal actividad económica del departamento es la agricultura.Otros sectores de la economía son la pesca, la ganadería y la producción de palma de chiquichiqui y el bejuco "Yaré", útil para la artesanía. En los últimos años se realizó el hallazgo de importantes minas de oro y diamantes, cerca de las frontera de Venezuela y Brasil, en la zona llamada "el dorado".Fue comisaría especial hasta 1991, año en que la nueva constitución le dió el rango de departamento.

























































GUAINIA
¿PON MANÓ, APEWE?
Crónica Periodística y De Viaje Sobre El Departamento Del Guainía, 1996


Trabajo de grado en Comunicación Social de Rodrigo Alonso Daza Jiménez
Dirigido por Julián González Mina presentado a la Facultad de Artes Integradas de la Universidad del Valle
29 de octubre de 1996


Quién manda aquí?
El principal empleador es sin duda el estado, en todas sus versiones: Municipio, institutos descentralizados, departamento, policía y fuerzas armadas. El primero es el que más mano de obra local ocupa. Los demás "importan" profesionales y técnicos del resto del país.


Nunca se me quitó la sensación de estar en algún país africano, donde no hay universidades, los ricos y los gobernantes son blancos y extranjeros y el 70% de la población casi no participa en su gobierno.


Viví en Inírida, donde los foráneos son mayoría. Los vi gobernar, en su típica maraña partidista, fingiendo oposiciones, cuando el dueño de todos es el mismo grupo. Supe que en la asamblea departamental no había un sólo diputado indígena, así fueran el 80% de la población. Una vez hubo dos, pero lo hicieron tan mal que la gente no los volvió a escoger.


Pero ¿no sucede lo mismo en todo el país? Los pobres son mayoría, la clase media-baja es inmensa y... ¿Gobierna?

Había dos diputados cabucos, o hijos de indígena y colombiano, o viceversa. Una de ellos era una bella mujer de San Felipe.

Ella sólo reconoció su origen cuando le expuse la injusticia de la mayoría excluida.

De por sí los cabucos son un grupo difícil de identificar. Los del común ya no querían sentirse indios y preferían decir que eran "blancos". Pasaba igual que con los hijos de colombianos en E.U., que dicen «mí no gustar español» y se avergüenzan de que sus padres lo hablen.


En todas las tiendas de Inírida se conseguía la "preparada", a 100 pesos o menos, y no era otra cosa que Fresco Royal, Kool-Aid o algo parecido. A veces le echaban un poquitico de jugo de fruta, pero eran tan pocas que parecía una equivocación.


Algunos decían que era peligrosa para la salud, pues a veces no hervían el agua. Lo extraño es que unos, con el estómago curtido, tomaban agua hasta del río y no les pasaba nada. Otros, de sólo pensar en que la preparada no estaba hervida, les daba dolor de estómago.

Pero también vendían aguapanela o limonada por los mismos 100. El precio de los jugos parecía un yoyo. La mayoría de las frutas, legumbres y verduras llegaban por avión o por barco, lo que los encarecía.
Pero cuando una fruta estaba en cosecha, su jugo desaparecía del mercado, por lo barato. Hasta se veían podrir mangos y guayabas en la calle o en los tarros de la basura.

Las frutas selváticas sólo los indígenas las consumen en forma.

El colono las prueba, pero apenas está aprendiendo a prepararlas. El mismo problema de distribución y comunicación de todo el país se repite a escasos kilómetros de la "frontera agrícola".

¡Si pasa en Bogotá, rodeada de minifundios y plantaciones! Me contaban de poblaciones de colonos que tiraron cosechas enteras al río porque se estaban pudriendo.

No hay cómo sacar los productos en el tiempo correspondiente y pensar en carreteables y puentes sería pensar en altísimos costos económicos y ambientales. Los ríos son muchísimos y el terreno cenagoso.


Las condiciones presentes cierran las puertas a la comercialización y sólo la coca y la guerrilla se ven como salida, pero la real está lejos de llegar a conocerse.

Los coqueros comenzaban a preocuparse porque los compradores no llegaban, como consecuencia de las capturas de los capos en Cali.

Era como la bonanza del caucho, que trajo riqueza y esclavitud a la región, pero se fue tal como llegó.
La guerrilla puede reemplazar al estado en cuestiones de seguridad: Controlar factores de violencia, ordenar comunidades y darle metas comunes, como la ecología o la pesca.

Pero corregir problemas económicos estructurales es otra cosa. Para superar sanciones del comercio internacional se necesita mucho más de lo que nunca podrá dar.


La guerra interna impide que se consoliden metas nacionales, porque cada bando tira por su lado y quiere eliminar al otro. El papel de Colombia en INAIA no se ha definido por esta y por muchas otras razones.


Nuestro potencial da para darle una unidad mucho más plural, organizada para servir a los pobres, no al rico.

Hemos descuidado nuestras relaciones con economías de un tamaño similar y ahora padecemos las consecuencias.

Una tercera parte de nuestro comercio depende de E.U., y casi todas las naciones árabes, asiáticas y africanas padecen el mismo mal.

Nos comportamos como si los otros continentes no fueran más que dibujitos en el mapa.

Mientras, las economías industrializadas forman carteles muy bien coordinados y excelentemente comunicados. Es muy fácil decir "es que E.U. esto, es que E.U. lo otro".

Propongo comenzar a decirnos «lo que pasa es que Colombia no ha hecho nada por Somalia», «hubo golpe en Surinam ¡y el gobierno no dijo nada!» y cosas así.

En Cali mismo he oído gente ilusionada con las mafias del narcotráfico, cuando ellas son nuestro fascismo y nuestro imperialismo. Se ponen en evidencia si caemos en cuenta de que su negocio es esclavizar y de que su política es la política del terror.


Hemos reproducido los actores de violencia, cuando lo que necesitamos es superar los que ya hay a nivel nacional e internacional ¡Con ellos basta y sobra! E.U. nos exige la confrontación, como si ya no nos sobraran guerras. Nos pide agresividad cuando aquí desde hace rato nos estamos matando.

Si los productores de armamentos no saben que hacer para vendernos sus productos no estaría nada mal que quebraran.

















Recuerdo a la señora de trencitas y sombrero de fibra, bien campesina, como de unos 60 años o más, que caminaba por la calle principal en compañía de su esposo. También a aquella joven de ropa ajustada, peinada a la moda, a veces con anteojos oscuros, paseándose en moto con su novio. Los llaneros saludaban "¿Qué-hay-que-hacer?" así como nosotros saludamos "quihubo", los chocoanos golpeaban la mesa con las fichas del domino, discutiendo ruidosamente cuando alguien hacía trampa. Las niñas paisas vestían muy a la moda, vivían con sus familias en casas grandes, con parientes en Medellín que las visitaban de vez en cuando y por ahí derecho armaban su negocito. Todo en el mismo camino, en el mismo barrio.

Las arenas de las calles se metían por todas partes, se pegaban en los zapatos, en las medias, en cualquier cosa que se te cayera en la calle. Las lluvias torrenciales de invierno, las chispitas pasajeras del verano y el sol, siempre el sol, inclemente sobre las cabezas, las nucas, las caras, los sombreros. El mismo que vaciaba las calles al mediodía. Obligaba a todos a guardarse en su casa o quedarse en el restaurante, para no tostarse y soportar la modorra.

Todos los que llegan por aire pasan por Bogotá o Villavicencio. Los que pasamos por el frío bogotano sentimos los primeros días el sopor pegado al cuerpo y la humedad del ambiente, persiguiéndonos aún debajo de la sombra. Tocaba bañarse dos veces al día, hasta acostumbrarse.

Hay quien nunca lo hace y sigue bañándose dos veces y hasta más.

Los niños pequeños de los colonos se enferman más fácilmente de la piel y de los pulmones que los de los indígenas.

Por lo menos eso fue lo que vi; las estadísticas médicas son escasas y permanecieron fuera de mi alcance.

El polvo se levanta con cada carro que pasa y se ve como niebla en la noche. Cada vez que alguien quema basura se liberan humos de sustancias desconocidas, quién sabe en que pulmón vayan a parar. Con la humedad no sólo salen plantas.


¡Hay 7 u 8 especies de insectos peleándose por la sangre de uno! El toldillo es indispensable para poder dormir en la zona del Guaviare, pero en las de los demás ríos hay tantos zancudos como en las zonas secas de Cali. En el Inírida, sólo a escasos centímetros de la orilla se siente la cantidad de mosquitos, mosquitas y jejenes picándole a uno en la espalda. ¡Ah, insectos hábiles! Parece que supieran para donde uno mira, pues pican justo donde no se les puede ver.


Los habitantes se quejan de los nacidos, que le salen donde menos esperan. La humedad vuelve muy propensa la piel a las infecciones y "rascarse una roncha mal rascada" es cosa seria. Más de uno vi caminando raro por esa causa.
En el mestizo bogotano conocí el racismo, expresado en ironías hacia el negro o llamándolos sucios o bullosos, siempre en su ausencia. En todos los demás, sólo vi un afán de burla, con chistes de pastusos y del negro chambimbe, pero de una manera que podría cambiar de dirección y burlarse de cualquiera, como de algún "santo cachón" que apareciera por ahí.

Chismes van, chismes vienen y entre ellos se me dijo que había muchos infieles en Inírida. Casi todo el mundo está casado por unión libre y el colombiano no se distingue justamente por su fidelidad. La Iglesia es muy respetada, el matrimonio no. En las comunidades indígenas son muy raras las madres solteras, en Inírida ya son frecuentes.

El crecimiento de la población ha traído las mismas patologías sociales de la gran ciudad. Ya se hablaba de jóvenes que se reunían todas las noches en los sitios de baile sólo a poner problema. Dos o tres, muy dotados para las artes gráficas, consumían marihuana de forma discreta y todo el mundo sabía quiénes eran. Se distinguían por su barba y su aspecto desaliñado. Oí, entre murmullos, que algunos pensaban "darles un susto" para desanimarlos. Las raíces de la limpieza social llegan lejos, muy lejos.

Uno de los peludos, Humberto Amaya, escribe "El Cronista", el diario "chévere y querido" de los iniridenses. El es su dueño, fundador, redactor, diagramador y único vendedor. Desataba ironías sutiles y descaradas en hojas con membrete, cada una de diferente institución. Se encargaba de hacer leer su estilo jocoso y popular en todas y cada una de las oficinas. Vino desde Arauca a puro remo, escribió en publicaciones nacionales, fue alabado por críticos alemanes y últimamente quería promocionar una canción de su autoría. ¡Hasta terminó en la cárcel por decirle la verdad en la cara al procurador regional!

Pasa lo mismo que en Cali, donde los recicladores pueden perder la vida por hacer lo que todo el mundo debería hacer.

Aquel que torna la basura en mercancía, que ve en lo que tú botas una esperanza, recibe sólo tu desprecio o tu indiferencia. Tal vez en Inírida el tesoro es bien visible.

También está "el bacán", un moreno alto y delgado. Le dicen así porque él llama a todo el mundo «¡hey, bacán!». Se le ve en los bebederos, en las calles, en las reuniones.

Todos lo conocen por lo confianzudo y por su vozarrón. Una vez surgió el rumor de que llevaba tres días sin aparecer y algunos ya lo daban por muerto. Pero de pronto salió como si nada, con una perra de tres días, tal y como lo contó "El Cronista".


Ojalá el pueblo no pierda nunca el valor de la vida, grandiosa y bullanguera, que nosotros ya perdimos.
Los edificios de dos pisos son pocos, casi todos están en el sector comercial. Sólo hay uno que sobresale en todo el pueblo: El Palacio de la Gobernación, anteriormente el Palacio Comisarial. Es el único rodeado de zonas verdes y su techo está por encima de todos los demás. Ocupa una cuadra entera, en el corazón mismo del pueblo.

La construcción del palacio, el gobierno de Belisario Betancur y otras obras en barrios y comunidades, significaron el clímax de la carrera política de "Doña Graciela Ortíz de Mora". Ella, la casi vitalicia representante por el Guainía, hablaba con orgullo de "sus auxilios" y aseguraba haber dado de mamar a la región. Junto con Gilberto Brito, el representante liberal, manejaba los intríngulis políticos y la burocracia local. Cada uno planeaba ataques sutiles entre liberales y conservadores, movía sus fichas y lanzaba rumores y panfletos.

El gobernador y el alcalde tuvieron la suerte de ser elegidos en un movimiento "multipartidista", pero no pudieron ocultar su origen conservador.


La mayoría liberal de la asamblea ya lo sabía y el departamento se volvía ingobernable a ratos. Los liberales bloqueaban cualquier propuesta del gobernador, denunciaban que varias personas habían sido despedidas de la gobernación por ser liberales y exigían que se continuara con el plan de desarrollo del gobierno anterior, también liberal.


El gobernador era criticado por ser tan lento en proponer un plan de desarrollo y él hacía llamados conciliadores y largas explicaciones. Se la pasaba en Bogotá y en reuniones del Corpes, buscando fondos.

El despelote nacional tiene un trasfondo político y el Guainía no podía ser la excepción. Fueron muchos los empleados del municipio que no recibieron sueldo durante la crisis financiera de los municipios. Más de uno se vio colgado buscando ayuda en medio de tal o cual partido.

En Inírida el comercio y la política se mezclan en la defensa de sus propios intereses. Todo aquel que tuviera su negocito probablemente también era líder comunal, concejal, diputado o tenía un familiar metido en política que velara por sus negocios. El único que parecía ser "bien del pueblo" era un zapatero, conocido más por su cojera. Justamente esgrimió su origen popular para hacerse elegir diputado. Pero ya se oían quejas entre sus seguidores por ser uno en campaña y otro en la asamblea. Decían cosas como «ya no más uno lo elige, y ahí no más que lo deja uno de ver»; aunque todavía lo consideraban uno de los suyos, sentían que ya sólo hablaba con los "duros"


Las viviendas son casi todas parecidas. Un día me subí al tanque del acueducto (de más de 25 metros de altura) y pude ver que la mayoría de las casas de Inírida tienen solar. Me asombró no encontrar el gris y el color teja típico de los techos caleños, sino el verde de los solares cubriéndolo casi todo. En Inírida es normal que la gente le dedique casi la mitad del lote a los árboles frutales y ornamentales. Sólo los más pudientes los han eliminado y lo han llenado de piezas para alquilar.


De todas maneras, son pocas las casas que sobresalen por su tamaño o por sus lujos. Todo el mundo sabe quién es el dueño del pueblo, Tiberio Mora, y donde queda su casota de la calle principal. De resto, todos los barrios iniridenses se parecen en su mezcolanza de medio ricos, medio pobres y pobres. La diferencia más grande está entre los pocos barrios que tienen alcantarillado, y los que se inundan en una pequeña porción en cada invierno.


En toda la población se descubrían pequeños murales, pintados sobre las paredes blancas de los edificios públicos. Estaban llenos de color, formas planas y trazos gruesos, como en los murales mexicanos, en un estilo muy latinoamericano.

Había varios en el hospital, otros en la plaza principal, en la escuela y en la casa de la cultura. Su autor era un caleño hippiesco, que trabaja como profesor en el colegio.


También había uno que pintó Botero, la única vez que estuvo en el departamento. Estaba en una pared de la escuela, era un poco más rústico, en blanco y negro

Representaba a una mujer gorda, con un vestido de pepas y montañas como fondo.

























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http://es.geocities.com/guainia_pma/caminand.htm


Inírida (antes llamado Puerto Inírida) es una ciudad de Colombia, capital del departamento de Guainía, en la frontera con el departamento de Amazonas, Venezuela, y Amazonas, Brasil

Puerto Inírida fue creada en
1963. Se fundó en el marco del caserío de Obando, en la jurisdicción del municipio de San Felipe, para tomar posteriormente el nombre de Puerto Inírida. En la actualidad, su nombre oficial es Inírida.

Tiene consideración de municipio desde 1974. la ciudad de Inírida se localiza al noreste del departamento muy cerca con las fronteras del Departamento del Vichada y con Venezuela


Sobre sus terrenos, se levanta imponente la flor de Inírida, de particular belleza, la que sólo se encuentra en los alrededores húmedos y pantanosos de la población; la flor de Inírida crece de manera silvestre, y como ninguna otra especie, sobrevive por más de un año sin cuidados especiales ni riesgos, cambiando a lo largo del tiempo sus tonalidades

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Dentro de su hidrografía podemos mencionar los ríos: Guaviare, Inírida, Atabapo y los caños de Chiquito, Espina, Garza, Gente Vitina, Piaco y Pesca



Departamento del Guanía es una Reserva Hídrica para el mundo.Puerto Inirida la capital es el centro económico de la región.

Entre los Sitios Turísticos conocidos podemos nombrar la Laguna de Masacabi tranquila y clara en medio de la selva, los Cerros de Mavecurí que se levantan imponentes sobre la selva amazónica, el Remanso y la estrella fluvial del Guanía junto a Puerto Inirida.





INIRIDA: EL PARAISO PERDIDO EN EL GUANIAEscrito por: PEDRO NEL SÁNCHEZ MOLINA el 23 Ene 2008 - URL Permanente
Guanía quiere decir tierra de mil ríos, esta exhuberante región es el asentamiento natural de etnias como los curripacos, guahibos, puinaves y colonos venidos de diversas partes del país quienes con su empuje propenden por desarrollar este rincón otrora feudo del Negro Acacio y su contraparte los grupos de autodefensas. Su situación alejada del resto del país, hizo que el comercio dependiera casi que exclusivamente de Venezuela. La comunicación con su capital Inírida se hace por vía aérea o por tierra lo cual se traduce en horas y horas de recorrido por carretera, trochas y río.Este apéndice del pulmón del mundo con innumerables caños y ríos tiene como capital a Inírida llamada así en homenaje a la princesa indígena Inírida, encantada merced a un brebaje hecho a partir de una planta llamada puzana que un pretendiente hizo beber para acceder a sus favores pero con tal suerte que se excedió en la proporción y produjo en la doncella tal desvarío que hizo que deambulara por la selva hasta escalar el cerro Pajarito, lugar inaccesible donde fue arrebatada por los dioses y desde allí cada tiempo baja para proteger a los naturales de la región.También da nombre a una extraña y hermosa flor: La Flor de Inírida especie herbácea, que aquí es endémica, perteneciente a la familia de las Rapataceae, creciendo de manera abundante y espontánea en esta región entre los ríos Inírida y Guanía. Cada flor es una espiga dispuesta helicoidalmente, dando origen a la inflorescencia cuya principal característica es que es una flor que puede conservar su color y lozanía por meses.
Atardecer sobre el río.De entre sus habitantes se destaca un personaje singular, Yamatuy, un docente del Colegio Custodio García Rovira que se ha robado el corazón de los lugareños por ser abanderado de nobles causas. Venido del Valle del Cauca de su natal Buga, a documentarse sobre las costumbres de los indígenas, terminó quedándose para hacer de la región su hogar. Conocido por dar baculazos a todo aquel funcionario que eche mano de la corrupción, ha integrado comités ciudadanos de veeduría sobre los dineros estatales enviados y por su participación en la emisora del colegio, la única radio del departamento junto con su equipo de colaboradores, fueron reconocidos por el Ministerio de Educación Nacional en un volumen titulado "QUINCE EXPERIENCIAS PARA APRENDER CIUDADANIA...Y UNA MÁS".
Parque Central de Inírida.El profe Yamatuy, en varias ocasiones ha usado a Palo Chisme un gran samán ubicado sobre la calle principal para denunciar a los corruptos. Este lugar se convirtió bajo la sombra del árbol, en santuario donde los iniridenses se reunen para comentar los hechos de la vida ciudadana. Además de inculcar arte, en sus estudiantes, arte para la vida, arte para ser buen ciudadano, las artes plásticas no le son ajenas y sigue cultivando el mural con sus conocidos trazos y colorido con que ha ornado algunas paredes de edificios públicos.El Profe Yamatuy y el grupo de veeduría ciudadana en ejercicicio de su labor.La tarea de educar en ciudadanía ha sido ardua. Aquí también en época de elecciones se recurre a las malas prácticas de compra de votos por parte de los políticos locales, quienes ven en la población indígena un caudal nada despreciable y por ello los obnubilan con mercado y ropa para hacerse a su favor en las urnas.Indígenas arribando al puerto para cumplir con el derecho al voto, pero atraídos por las pírricas dádivas de los candidatos.Del otro lado las hordas de pregoneros esperando capturar votos con sus regalos.Comienza un nuevo año y el profe ya trabaja en pro de que las entidades encargadas logren canalizar en forma adecuada los dineros destinados para el mantenimiento de parques y ornato de la villa. Los días en que lo tuvimos en la capital, fría y con un inusual invierno que lo hizo abrigarse más de lo acostumbrado, añoraba estar disfrutando nuevamente del calor asi fuera agobiante y de la compañía de su señora y de ese tesoro que ella le dió: su hija María alejandra.
Yamatuy en una zona verde por recuperar de las basuras.Bueno profe, esperamos que el nuevo año esté pletórico de logros en pro de sus conciudadanos, que los planes de impulsar a la región como foco de turismo ecológico sigan su marcha para que los demás colombianos podamos disfrutar de la belleza natural de que hace gala la región y que aquí en este rincón podamos mostrar en próximas entregas todas sus bondades naturales, brindemos por ello pero con un tinto de esos bien cargados de los que sabe preparar. !SALUD!
microformatos!!
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4 comentarios
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R.A. Daza dijo
No es nada fácil intentar un diagnóstico profundo de la actual Guainía. Cuando estuve en 1995 me asombró la inmensa necesidad de profesionales y la casi absoluta carencia de documentos. El departamento está en el fondo de los índices de transparencia a nivel nacional. La nueva administración llega, como todas, con fuerza y ganas, pero el problema no es de 30 años (los que tiene Inírida), son los 500 de colonización y "conquista". Acá esa palabra, que puede entenderse también como "seducción", toma el mismo cariz que en el siglo XVII: saqueo, rapiña, engaño, contagio y reducción. Los indígenas locales _sí_ saben el significado de la palabra hospitalidad, pero las olas de barbarie que vinieron de su vecino, el Guaviare, les torcieron la tripa. Es increíble que sobreviva riqueza después de las oleadas de quemas, de compra de conciencias y esclavización que vinieron con los colonos, con lo que ellos llaman "civilización". Todavía estoy en deuda con el departamento, lo único que podría hacerles justicia de verdad, sería publicar un texto serio, completo, fruto de una investigación con todos sus bemoles, en las lenguas nativas: puinave, curripaco, sáliva, tunebo, tucano... Lo demás es puro deseo.
26 Febrero 2008, 17:47

MANUEL BAUTISTA dijo
Esta región es encantadora por su diversidad cultural y riqueza en fauna y flora, soy de Inirida Guainia y no veo la hora de volver a esta tierra fantástica donde sus leyendas, raudales e imponentes cerros capturan la atención de sus nativos, colonos y turistas. Los habitantes del Guainia somos gente pujante, nobles y con metas claras, muchos jóvenes nos estamos preparando en otras ciudades pero con la intención de volver para aportar en el desarrollo de esta región.
29 Febrero 2008, 17:56

Teo. Tavera dijo
Estube cuatro anos de mi vida en Inirida, y puedo decir que que fueron buenos, es un lugar muy apartado donde el dificil accseso de todo hace que la gente caresca de muchas cosas, hay cosas muy encantadoras como el saber que estas lejos de todo y aunqe no paresca se siente mucha tranquilidad, no se pero se disfruta mucho lo que se hace en este lugar, sera que el tener poco nos hace darle valor a muchas cosas, Inirida siempre estara en las mentes de los que un dia vivimos alli por que estoy seguro que aunque sea poco el tiempo que se viva alli es mucho lo que se hace y mucho a quien conoces, creo que volvere el proximo año y sera una region que estare visitando cada vez que pueda pues esta en mi corazon.
18 Mayo 2008, 18:58

rosa cortes chaves dijo
Puerto Inírida que tierras más acogedora viví allí cinco años pero no la cambio por ningún lugar es realmente hermosa la extraña y me gustaría volver, la gente y sus costumbres losextraño











De Colombia para el mundoPEDRO NEL SÁNCHEZ MOLINA
Natural de la ciudad de Buga, la del milagroso, en pleno corazón del Valle del Cauca, este arquitecto colombiano, en los ratos que su profesión deja libres, quiere contarnos acerca de tópicos de la vida nacional y su relación con el mundo. Diseñador por profesión, enólogo por gusto y escritor por afición, aprovecha la oportunidad ofrecida por EL PAIS: "No pretendo (según sus propias palabras) llegar a la altura de la pluma de muchos de los que colaboran en el Diario y en su Comunidad, de hecho, me esfuerzo por transmitir de una manera sencilla y sin pretensiones lo que considero que otros deben leer, permitidme traer a colación estos versos de nuestro muy querido Don Miguel: Yo que siempre trabajo y me desvelo, por parecer que tengo de poeta la gracia que no quiso darme el cielo"
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13 de abril de 2007



Resaltando la gran riqueza ecoturística de esta parte del Oriente Colombiano y tratando de resaltar una vez más los grandes recursos naturales que posee esta jurisdicción, se lleva a cabo el Tercer Festival de Verano, en Inírida (Guainía).
Con la creación de comités organizadores donde se vinculan todas las entidades gubernamentales y privadas que se unen para un solo fin como es la celebración de este evento que trata de mostrar ante los medios y ante el interior Colombiano, todas las actividades que se realizan para resaltar los lugares turísticos del Guainía.La Alcaldía Municipal de esta localidad y en coordinación con la Secretaria de Cultura y Educación Departamental, creo un comité organizador donde el Batallón Fluvial de Infantería de Marina No. 50, participó en las diferentes actividades deportivas y del reinado denominado la “Chica Verano”, donde nuestra Unidad tuvo una buena representación ante la población civil.En la jornada deportiva se destacaron las siguientes disciplinas deportivas (fútbol playa, voleibol, triatlón, carrera de observación) entre otras, el INDER, de esta localidad organizó las diferentes competencias para tener un mayor control de cada una de las pruebas y la Alcaldía aportó la premiación para el personal que participó.El concurso de la “Chica Verano” tuvo gran acogida, entre toda la población ya que se realizaba por primera vez, las instituciones como la Armada Nacional, el Ejército Nacional, la Policía Nacional, la Alcaldía Municipal, entre otras, tuvieron una representación en este evento del reinado. Las cuales cada representante dio lo mejor de si para sacar adelante su institución al cual representaba, pasando por pruebas como el desfile en traje de baño, presentación de la carroza, desfile en traje deportivo y para concluir el evento la preguntas de rigor para cada participante.Este tipo de eventos se realizan con el fin mostrar a los medios de comunicación la importancia de preservar los sitios turísticos y a la vez de promocionar el turismo en el departamento del Guainía.


Inírida, formerly Puerto Inírida, is the capital city, and a municipality, of the department of Guainía in Colombia. It was established in 1963 on the site of the small village of Obando, at the time in the municipality of San Felipe. The municipality was renamed in 1974.[1] The municipal population of 10,891 (census 2005)[2] is mostly indigenous and accounts for about a third of the department's population


Prior to 1960 there was little development in the area which was sparsely populated[2] by almost entirely indigenous people.[3] However, in the 1990s and 2000s with increased exploitation of the area’s natural resources, efforts have been made to control the local population.[4] The increased military presence was in part because the area was deemed to be a FARC stronghold.[5]


Located in the llanos at the confluence of the Inírida River and Guaviare River, most of the territory of the municipality of Puerto Inírida is river terrace and bottomland, although there are some hills. It is just 30 km from the Venezuelan border.

The main economic activities in the municipality, aside from government, are agriculture, fishing[6] and cattle raising.[7] Agriculture includes subsistence farming[8], the production of fiber from the petioles of the young chiquichiqui palm (Bactris speciosa), used for rope, and the rattan known as "Yaré" used for furniture and baskets.

Demographics
The society of Inírida is composed by a 53% of indigenous people;
Curripacos, Puinaves and Piapocos. A 30% by colonizers and a 17% by other indigenous ethnic groups.[9]

Transportation

Airports
The local airport known as Obando Airport runway is, as of 2007, serviced by one airline, Satena
[10], which has three flights a week to and from Bogotá and one flight a week to and from Villavicencio. However, the San Fernando de Atabapo airport in Venezuela is just 30 km away.


Río Inírida

Longitud
1.300 km
Altitud de la fuente
200
msnm
Altitud de la desembocadura
n/d
msnm
Caudal medio
n/d m³/s
Superficie de la cuenca
n/d km²
C. Hidrográfica
Río Orinoco
País que atraviesa
Colombia
Nacimiento
Serranía de Tuhaní
Desembocadura
Río Guaviare
Ancho de la desembocadura
950 m
El río Inírida es un río de
Colombia, un afluente del río Guaviare y uno de los ríos más importantes que baña el departamento del Guainía. Es un río de aguas negras que tiene una longitud de 1.300 km de los que 1.000 son navegables para embarcaciones de pequeño calado (aunque tiene algunas cascadas y raudales en la parte media y alta).[1]
Nace en la serranía de Tuhaní, a unos 25 km del cerro Pintado, en la mitad de las llanuras del departamento del Guaviare y a unos 100 km de la capital de este departamento. Su desembocadura queda en el departamento del Guainía, a unos 25 km de la frontera con Venezuela. Al desembocar en el Río Guaviare, pierde su color oscuro producido por residuos vegetales, para tornarse amarillento. 25 kilómetros más adelante aparece la triple confluencia de los ríos Orinoco, Atabapo y Guaviare en la frontera con Venezuela frente a la población de San Fernando de Atabapo en el estado Amazonas de Venezuela.



LA COMUNICACION LIBRE AUTONOMA Y QUE DECIMOS LO QUE QUEREMOS


En Inírida

Un colegio hace la radio de GuainíaEstudiantes y profesores del Custodio García Rovira mantienen desde hace seis años una emisora abierta a la región, a la comunidad y a la participación, en cuyo espacio se encuentran los temas escolares con la salsa, el vallenato y la poesía, y con programas de organizaciones comunitarias, mujeres, y grupos religiosos.


Por: Fernando Chaves ValbuenaFotografía: Julián Lineros


La mañana del 28 de marzo de 1998, los paujiles que surcaban el cielo de Puerto Inírida se sorprendieron cuando una voz tolimense atravesó el aire, anunciando el inicio de transmisiones de algo llamado emisora. Los pájaros importunados pensaron que era un simulacro de escolares y que pronto volverían a ser los únicos habitantes del cielo.


Pero se equivocaron. Seis años después, todos los días a las ocho de la mañana, el joven Leonardo León afina la voz, abre los canales y se lanza al aire desde el modesto pero cómodo máster de Custodia Stereo, radio escolar y comunitaria del Instituto Integrado Custodio García Rovira, y única emisora del departamento.

A la misma hora, el profesor Guillermo Pérez, dueño de aquella voz tolimense, le saca filo a las palabras y se lanza con una catarata de ideas que sacude a sus alumnos por los aires para mostrarles que hay opciones de vida mejores que raspar hojas de coca o meterse en la guerra que se esconde en la selva cercana y que de cuando en vez se deja escurrir río abajo para romper a bombazos la placidez de la Inírida de curripacos, piapocos, guahíbos, mestizos y colonos de todas las latitudes y colores.


Casa de citas en el colegio

Por allá en 1996, Guillermo Pérez y otros profesores, aburridos de ver estudiantes bostezando y colegialas embarazadas, concluyeron que el colegio tenía que proponerle a Guainía una reflexión sobre su desarrollo regional y su identidad.
La mejor forma de hacerlo, pensaron, era creando espacios de comunicación y medios de participación. Pero los estudiantes los aterrizaron: "Los profes pensando en cambiar el mundo y el colegio de cabeza". Entonces decidieron mirar hacia adentro.
"Empezamos a hacer talleres y encuestas y nos dimos cuenta de que los muchachos lo que tenían era deseos de hablar, sobre el uniforme, sobre los horarios, sobre el sistema de evaluación, sobre los profesores, sobre la novia, sobre el otro. Pero no tenían cómo ni dónde".

Fue cuando se inventaron la Casa de Citas, un espacio en el que convocaban a los estudiantes emproblemados, para que hablaran libremente de sus motivos. El nombre le hacía honor a la protesta de una madre indignada porque las niñas embarazadas no eran expulsadas del colegio "que se volvió fue una casa de citas".
Los primeros invitados fueron, por supuesto, las parejas en riesgo de embarazo, pero también los rajados, y los peleadores, y los melancólicos.

La idea funcionó tanto que alguien propuso sacar micrófono y bafles al patio y dedicar el recreo a hablar de las cosas que suelen no hablarse.
"Ponían música y decían cualquier cosa sobre un tema, pero lo decían.
Es que antes no lo decían", recuerda Guillermo. Y así descubrieron las posibilidades pedagógicas de la radio.
Por eso, cuando el inquieto profesor se topó con una convocatoria del Ministerio de Comunicaciones para la asignación de emisoras comunitarias, soltó de nuevo su torrente oratorio y logró convencer al colegio de inscribirse.
"La emisora nos permitía retomar la idea de que el colegio le propusiera algo a su departamento. ¿Para qué educamos a los muchachos: para ser traquetos, guerrilleritos, paracos, o industriales y agropecuarios? Se supone que educamos según para dónde vamos, pero es que nadie se había detenido a pensar cuál es el sentido de esta región. Y vimos la necesidad de dar una respuesta desde el colegio. Y la respuesta mínima era: vamos a educar para comunicarnos y para participar. Y para eso surgió la emisora".
Manual para inventarse una emisora

Todos celebraron cuando les aprobaron la licencia de la emisora. Pero alguien olvidó decir que debían pagar millón y medio de pesos en un plazo de 18 días, recuerda Guillermo. "Entonces, formamos a los 565 alumnos y les dijimos: para tener la emisora necesitamos millón y medio. A cada uno le toca dar tres mil pesos mañana. ¿Sí o no? Y sólo 35 estudiantes no trajeron la plata".
Ya con la licencia, llegó otra revelación: había un plazo de seis meses para salir al aire. Y no había ni equipos ni conocimientos de producción radial. "Logramos que la Unidad de Radio del Ministerio de Cultura viniera aquí y nos hiciera un taller de capacitación en producción radial". Sólo faltaban los equipos. "La Red de Solidaridad Social tenía un rubro de ayuda a poblaciones escolares de estratos 1 y 2 en zonas de conflicto.
Y como esto es todo eso, hicimos un proyecto y nos conseguimos la plata para lo básico: una consolita sencillita y un amplificador de dos amperios. Funcionábamos en un rincón espantoso y la gente se tenía que sentar en los burros de gimnasia, porque no había sillas".
Empezaron transmitiendo de ocho de la mañana a cinco de la tarde, con uno que otro programa escolar, pregrabados enviados por los ministerios y mucha música traída por los mismos estudiantes. Luego, Pérez y la profesora María Teresa Quintero crearon un informativo local que fue muy exitoso. Después convocaron a las iglesias y a las juntas comunales. Con el tiempo se fueron vinculando nuevos realizadores de distintos sectores sociales y se hicieron más cursos de capacitación, mientras la infraestructura empezaba a mejorar mediante la gestión de recursos.

"Se presentan proyectos de inversión en el rubro de construcciones escolares o en el de aulas especializadas.

La antena, por ejemplo, costó siete millones de pesos y la financiamos con el municipio, como elementos para aulas especializadas. Es que esta emisora es un aula especializada, un laboratorio de enseñanza, igual que el de física, el de química o el de robótica".

Por eso ahora Custodia Stereo tiene sede propia en una esquina del predio escolar, con una moderna consola, equipos digitales de grabación y transmisión, estudio para media docena de invitados, sala de redacción, oficina administrativa y una potente antena, que le permite un cubrimiento de 45 kilómetros a la redonda para el 70 por ciento de la población departamental.

La radio como pedagogía
A veces, en las noches, Puerto Inírida se queda a oscuras y el silencio de la selva atraviesa el río para tratar de quedarse en las calles. La electricidad se ha ido. Pero un minuto después, Custodia Stereo vuelve al aire gracias a una pequeña planta eléctrica que le garantiza cuatro horas de transmisión en tinieblas.
Así se las arreglan para que, cada año, un grupo de entre diez y doce muchachos puedan ir después de clase a cumplir sus turnos detrás de la consola y el micrófono. Se ganan el puesto en un curso de producción radial, para el que este año se inscribieron más de sesenta estudiantes. Allí aprenden a manejar el control máster, a elaborar libretos y a hacer locución.
"La emisora debe cumplir un papel hacia la ciudadanía y otro hacia el colegio. Hacia el colegio el objetivo es pedagógico y formal, pero flexible", afirma Guillermo. Y asegura que la radio fortalece las competencias comunicativas de los muchachos y mejora la participación y la convivencia. "La emisora sirve como proyecto de aula. Por ejemplo, las unidades de comunicación del área de lenguaje se hacen mediante un taller de producción radial".
Alexander Rodríguez, estudiante de grado 11 vinculado al equipo de producción, es un ejemplo. "Gracias a esto he mejorado porque cuando ingresé a la emisora era malo para leer y para redactar.

Su compañero Víctor Ruiz también ha aprendido muchas cosas. "Sobre todo, valores y respeto frente a la participación, a que haya diferentes puntos de vista".
Sin embargo, pocos programas son hechos por realizadores del colegio. "Debería haber más programas con profesores, con alumnos", dice Sergio Gaitán, de décimo grado. Y Jenny Marcela Castaño, de noveno, agrega: "la emisora es del colegio y somos los de mostrar, pero necesitamos más apoyo. No falta el profesor que dice que esto es una perdedera de tiempo".

Hernán Javier Ruiz, rector del colegio, reconoce que "no hemos aprovechado de la mejor manera la emisora para hacer programas institucionales, pero con los pocos que han surgido hemos tratado de hacer un trabajo bueno para fortalecer las competencias del plan de estudios". Se refiere a los espacios radiales que se realizan sobre cada uno de los cuatro subproyectos del PEI: educación sexual, democracia, tiempo libre y medio ambiente.

En ese escenario, la propuesta de Lecturas dirigidas de la profesora Olga Lucía Granados es una innovación atractiva para sus estudiantes de biología y química y para algunos adultos. A través del espacio radial se profundizan los temas tratados en la clase de cada semana, mediante lecturas tomadas de libros de la biblioteca departamental y textos de internet. "Al principio a los chicos les daba pereza pero cada vez se interesan más, llaman a la emisora a hacer consultas y luego en clase discutimos las lecturas".


Promoción comunitaria
A las siete en punto del viernes, el estudiante Alexander Rodríguez suelta la pista antillana para calentar la noche lluviosa. La voz azabache del profesor Leyson anuncia que ha llegado la hora de la Melosalsomanía. "Se trata de llevarle a la gente un toquecito de alegría. La salsa aquí poco se escucha, pero poco a poco ha ido pegando". Y es que algunos profesores han encontrado en la emisora una alternativa para proyectar su trabajo y sus capacidades hacia el conjunto de la comunidad.Guillermo Pérez aclara: "hacia afuera tenemos un objetivo que es la promoción comunitaria. Si tenemos un programa como Amantes del vallenato, eso no puede ser un top vallenato. Cualquier persona que ame el vallenato viene aquí con su cartapacio de CD, pone su música y cuenta por qué le gusta: que un día se enamoró con esta canción y que por esta otra le ‘cascaron’. Y a los ocho días otro, y después otro. O sea, si vamos a escuchar vallenato, hagámoslo con un sentido".Algo semejante piensa Jorge Gámez, gerente del Fondo Mixto de Cultura y realizador, con Luis Alberto Paul, del programa Llano al atardecer. "Los programas tienen que ser muy pedagógicos, por eso hemos ejercido una labor para afianzar los valores que tenemos y los de otras culturas de la misma región, propender por una identidad".
Las profesoras Elizabeth Castillo, del colegio Custodio García y Martha Toledo, del Luis Carlos Galán, se han sumado a este enfoque con la radio revista Ámarru (mujer, en curripaco), que tiene secciones de pedagogía, cultura, medio ambiente, mujer y niñez.








Las organizaciones comunales acaban de lanzar el programa Testimonios y otros demonios, que dirige el profesor de artes del Custodio, Milton Sánchez Yamatui. "Queremos hacer uso de la radio para conversar y comunicarnos con la comunidad. Lo hacemos un grupo de docentes relacionados con trabajo comunitario: un profesor que trabaja con juventudes, otra que trabaja con mujeres y yo con acciones comunales".








La Dirección de Juventud de La Cruz Roja, en cabeza de los profesores Pedro Pablo Rojas y Olga Lucía Granados, ha encontrado en la emisora un espacio eficaz para dinamizar el proyecto de Promoción del respeto y la convivencia social que adelanta con jóvenes de distintos colegios, como Lilia Patricia Vanoy que cursa décimo en el Luis Carlos Galán: "el programa da a conocer todas las enseñanzas del proyecto; por ejemplo, hablamos sobre los derechos humanos o la prevención de la drogadicción".








Este perfil de promoción comunitaria ha alcanzado inclusive para llevar a la programación el debate religioso, que es esencial en la cultura guainiana. Cinco Iglesias aceptaron el reto de alternarse una franja diaria de 15 minutos, que ya se volvieron sesenta. William Martínez, pastor del Movimiento Misionero Mundial, piensa que "es una plataforma para dar nuestra opinión y hacer una radio mucho más abierta, con otros puntos de vista, para que la gente pueda tener más herramientas de juicio y tomar decisiones en cuanto a la fe, en qué creer o no creer. Eso es parte de la democracia".








Aún así, Guillermo Pérez piensa que Custodia Stereo todavía no está madura y que le falta "hacer una vuelta": generar en la comunidad procesos de pedagogía política, reflexión social y organización alrededor de intereses comunes. Para ilustrarlo, recuerda el caso de un abogado que no se atrevía a crear un programa de poesía porque en Inírida no había audiencia para eso. "Pues fórmela, críela, encuéntrela", le dijo Guillermo. Y así nació Raudales de poesía, un espacio que les costó muchos ‘madrazos’, pero que se sostuvo dos años al aire. "La emisora jugó este papel: un amante de la poesía asume un espacio para formar gente. El programa se convierte en material didáctico de los profesores, que mandan a los estudiantes a escucharlo y hacen concursos y crean círculos de lectores. El programa empieza en la comunidad, irradia a la comunidad y vuelve a la emisora a través de ‘chinos’ que van a hacer poesía en radio. Ese es el proceso que no se ha dado".








Sin embargo, la emisora crece en audiencia, en llamadas, en comentarios de los habitantes y en horas de transmisión. A la vez, el secretario de educación del departamento, Efraín Bautista, revela el interés del nuevo gobierno en ampliar la sintonía y lograr que la emisora se integre más a las actividades y los procesos escolares en las comunidades distantes. O sea que los paujiles ya perdieron la esperanza de volver a ser los únicos dueños del cielo guainiano.















Inírida, GuainíaCapital del departamento del Guainía, con 30 mil habitantes aproximadamente, más cierta población fluctuante por actividades militares y comerciales. Su base económica principal es el comercio (la mayoría informal: ventas de comidas, mercancía pequeña y mototaxis), agricultura en conucos (parcelas), pesca artesanal y ornamental, siembra y raspado de la hoja de coca. Tiene problemas de desempleo, siembra de coca, presencia de guerrilla, conflictos étnicos y actividades económicas ilegales (explotación de oro, comercio informal, contrabando de combustible).














Tiene cinco colegios oficiales.
Instituto Integrado Custodio García RoviraEstablecimiento público departamental (hasta grado 11º) con 730 alumnos en la jornada diurna y 220 en la nocturna. Los estratos predominantes de sus alumnos son 1 y 2, con mucha población indígena. Tiene 55 maestros.
CompetenciasGrados: 4°-5°. Grupo: Participación y responsabilidad democrática. Tipo de competencia: integradora. Estándar de competencia básica: "Participo con mis profesores, compañeros y compañeras en proyectos colectivos orientados al bien común y a la solidaridad".


Mapa Para Borrar Fronteras

El proyecto Mapa es una forma poética de recuperar la vieja utopía bolivariana que proclamaba la unidad colombo-venezolana. El Mapa es un símbolo que acerca y separa. Sobre esa idea vienen trabajando, desde hace varios años, Arte Dos Gráfico, de Bogotá, y Quinta Papeles, de Caracas, quienes invitaron a un grupo de artistas de los dos países a pensar y trabajar sobre la posibilidad de un Mapa de Colombia y Venezuela donde la línea fronteriza no aparezca.

A lo largo de los últimos dos años, esa sencilla idea se ha convertido en un proyecto multicultural, del que participan, poetas, periodistas, industriales, galeristas y editores de ambos países. Luis Angel Parra, director de Arte Dos Gráfico y uno de los motores de Mapa, asegura que esta es una idea que está adquiriendo vida propia. Esta creciendo y moviéndose con ideas que vienen de todas partes. Nosotros planteamos los propósitos iníciales, pero Mapa se mueve gracias a su propia dinámica .

Dentro de esta energía de comunión y búsqueda de identidad, Proyecto Mapa comienza hoy un encuentro en la zona del Orinoco, en las ciudades fronterizas de Puerto Inírida, Colombia, y San Fernando de Atabapo, Venezuela. Hasta allá llegarán dos aviones, el primero procedente de Caracas y el segundo de Bogotá.

Los dos aviones tendrán entre sus pasajeros a cerca de 150 artistas, escritores y periodistas de ambos lados de la frontera. Durante el fin de semana y el lunes, los artistas trabajarán con los habitantes colombianos y venezolanos de las dos poblaciones sobre la idea del Mapa común.

El entusiasmo de la comunidad es total, sé que han reunido recursos para darnos el alojamiento y para arreglar las dos ciudades. Están lavando las calles y las paredes de las casas. Los pueblos están decorados con los mapas que han intervenido los habitantes de la región. Inclusive, han conseguido que algunas de las empresas de la zona colaboren con elementos para brindar una mejor estadía a los visitantes, asegura Parra.

Proyecto Mapa es apenas la última realización de la alianza que establecieron desde comienzos de los años noventa, Quinta Papeles y Arte Dos Gráfico.

A lo largo de ese tiempo han hecho producciones editoriales como Tierra, de Ricardo Benaim y Susana Benko; Aguariacuar, de Lihie Talmor y Edda Armas; Todos los mares del mundo, de Ricardo Benaim y María Clara Fernández, entre otras.

Además, durante la Feria del Libro de Bogotá, organizaron una serie de conversatorios entre autores de los dos países en los que participaron nombres como R.H. Moreno Durán, Oscar Collazos, Juan Manuel Roca, de Colombia, y José Balza, Stefanía Mosca y Antonio López, de Venezuela.

Se espera que este encuentro despierte la conciencia de que las fronteras son simplemente convenciones imaginarias, que las zonas que separan, son precisamente las menos conscientes de la distancia. En la Orinoquia, unos y otros cruzan la frontera consciente de que la única diferencia es el pasaporte, el cual muchos ni siquiera se toman el trabajo de portar.

Publicación

eltiempo.com

Sección

Cultura y entretenimiento

Fecha de publicación

1 de septiembre de 2000

Autor

eltiempo.com / archivo

Expedicion A La Frontera

El mapa estaba listo. Los trazos infantiles realizados con tiza demarcaban el territorio. El rosado y el azul eran indistintamente colores para la tierra y para el agua. No importaba si la Península de la Guajira no estaba bien delineada y tampoco si el Golfo de Maracaibo perdía un poco su curvatura. Lo importante, en realidad, era borrar las fronteras entre Colombia y Venezuela y construir un único país.

Nayibe, de diez años, era la encargada de hacer la travesía por el nuevo croquis. Tú decides con qué ritmo vamos a andar , le decía uno de los 120 artistas, de Colombia y Venezuela, que participaron en el Proyecto Mapa y que viajaron a Inírida (Colombia) y a San Fernando de Atabapo (Venezuela) con el propósito de conocerse e interactuar con el entorno y los pobladores de la región. La niña caminaba erguida y con las manos entrelazadas mientras unos 50 niños de Inírida (Guainía), la seguían de cerca por las escarpadas líneas del mapa colectivo.

Dónde está Inírida? se oía decir en voz alta en la Concha Acústica de la población, de 12.700 habitantes, incluidos indígenas, mientras los niños corrían con frenesí para señalarla. Los artistas estaban atentos. Con sus ojos exploraban el territorio, un territorio que a lo largo de cuatro días recorrieron realmente.

Esa noche la Concha Acústica albergaba a buena parte de los pobladores de Inírida y a sus expectativas. Los artistas habían llegado y la integración estaba empezando.

Es más hermoso escuchar que ser oídos , dijo a los asistentes Luis Angel Parra, el gestor del Proyecto Mapa en Colombia. Esas palabras hablaban de la actitud de los artistas, quienes decididamente no querían ir a la región como investigadores.

El viaje comenzó en Inírida, pasó por San Fernando de Atabapo y tuvo como último destino la isla de Maviso, en Venezuela. Se eligió esa región porque al juntar los mapas de ambos países su centro estaba constituido por esas poblaciones.

No tenemos un manifiesto ni un objetivo único. Nos interesa la interacción. Tenemos un gran afán por escuchar, por descubrir a otra gente , afirmaba Parra mientrasYetni Andreai , un planchón de hierro oxidado, cruzaba las oscuras aguas del río Inírida.

La embarcación servía como contenedor de las ilusiones y los sueños de artistas plásticos, escritores, poetas, fotógrafos, curadores y gestores culturales que se embarcaron en un proyecto que apenas empezaba.

La idea inicial del Proyecto Mapa, creado por Luis Angel Parra y Ricardo Benaím, de Venezuela, consistía en darle a un grupo de artistas la posibilidad de intervenir plásticamente en el croquis de Colombia y Venezuela, para borrar las fronteras entre ambas naciones. Su intervención hablaba de un claro deseo de apropiación del territorio.

Esos trabajos fueron exhibidos en Medellín, Bogotá, Caracas y Maracaibo. Posteriormente, Parra y Benaím trabajaron con los habitantes de Inírida y San Fernando de Atabapo (Venezuela, Estado de Amazonas) bajo los mismos parámetros que motivaron el ejercicio con los artistas citadinos. La etapa del encuentro con los participantes ocurrió la semana pasada, del 1 al 4 de septiembre, y es, según los organizadores, el principio del comienzo.

Esto es una semilla. La idea es hacer más encuentros. Si los políticos no se unen, entonces lo debemos hacer los artistas , comentó el escritor colombiano Felipe Agudelo, un día después de iniciado el encuentro, cuando los artistas fueron a visitar a la comunidad indígena de Caranacoa, una de las más numerosas de la región.

Mientras don Pedrito Aponte, el abuelo de la comunidad, interpretaba música de su etnia, Agudelo afirmaba que esas manifestaciones demostraban que el ser humano no debe estar coartado por límites físicos. Lo importante es el hombre, su asombro y su dolor .

Los indígenas recibieron a los artistas con banderas y pancartas. Una larga fila de niños, que no estaban vestidos con los trajes tradicionales de su cultura, saludaba a los viajeros. Bienvenidos a la comunidad de Caranacoa. Os saluda , se leía en una pancarta de fondo rosa. Ellos, como muestra de su hospitalidad, ofrecieron una danza en la que intervenían hombres y mujeres ancianos y algunos niños.

Este encuentro con los indígenas es una de las cosas más bellas que me ha pasado , comentaba el poeta y ensayista venezolano Gonzalo Ramírez mientras veía desplazarse rítmicamente a los indígenas. Aquí se aplican las palabras de Henry Miller:Si hablas con alguien que te sepa entender, el idioma en el que éste habla es lo de menosi .

Después de las danzas indígenas, vendría otro tipo de ritual. El del acercamiento al río Orinoco. Los artistas deseaban percibir su olor, mirarlo en toda su inmensidad y dejarlo hablar a través de su silencio. El viaje hacia él tenía como objeto leer los manifiestos escritos por William Ospina, por Colombia, y Stefania Mosca, por Venezuela.

Mucho antes de que los humanos miraran los tepuyes vertiginosos o sintieran sobre su piel la lluvia del Chocó, que nunca cesa; mucho antes de que alguien viera por primera vez el blanco ángel de agua que parece caer del propio cielo, o la blanca vertical de las palmas de cera en la pendiente (...); mucho antes de que hubiera rostros humanos y voces saliendo de esos rostros, ya los dos territorios habían sido hermanados por los poderes del origen , se oía en una grabación realizada por el propio Ospina, que no pudo asistir al encuentro.

Esa tarde, muchos artistas ya se habían planteado la idea de hacer proyectos que involucraran realmente a la comunidad. El escritor y poeta venezolano Enrique Hernández Di Jesús dijo que tenía como propósito, junto con algunos artistas colombianos, desarrollar una serie de talleres artísticos en la región para enriquecer la frontera. Lo importante, dijo, es que el arte abre la sensibilidad y permite ver al otro. Con este proyecto se unieron 60 sensibilidades colombianas y 60 venezolanas que quisieron hablar de fronteras y para hacerlo fueron hacia ellas .

Al artista colombiano Luis Fernando Peláez el hecho de haberse acercado a la zona le permitió establecer un proyecto artístico con otros creadores. Tenemos la idea de trabajar alrededor del paisaje. Muchos proyectos artísticos se inician con una expedición, que permite que haya una multiplicidad de miradas. Un paisaje es inmutable, una mirada nunca se repite . Para Peláez esa experiencia no sólo permite crear proyectos comunitarios sino estrategias más grandes con los espectadores.

Mientras la embarcación regresaba a Inírida, después de haber permanecido durante un día en San Fernando de Atabapo y de pasar la noche en la isla de Maviso, Parra recalcó que territorio y ética tienen la misma raíz etimológica. Por eso no teme que el viaje haya sido en vano, al contrario, para él ha sido una de las grandes ganancias del Proyecto Mapa.

Publicación

eltiempo.com

Sección

Cultura y entretenimiento

Fecha de publicación

10 de septiembre de 2000

Autor

Paola Villamarín Redactora El Tiempo





































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































Comentarios

  1. Saludos! Da gusto saber que queda gente con interés por sacar a la luz vainas profundas sobre el Guainía. Todavía nos falta mucho pelo pa' moño para hacerlo con calidad. Las noticias recientes no dejan mucho ánimo para recoger los pasos... Menos ahora que parece eternizarse una política anti-indígena, muy bien disfrazada de "progresismo" y democracia! Las relaciones con Venezuela deben haberse deschavetado... ¡Si antes los subsidios venezolanos alimentaban la corrupción local, no me los imagino ahora que tienen más! Los ánimos belicosos del vecino son (oh (*)) otra fuente de preocupación... Como si el crecimiento económico de Brasil fuera poca cosa: ahora los garimpeiros deben tener más plata para penetrar territorio colombiano, e igual, a ellos nadie les dice nada... (*) quiera que, ahora y siempre, los pueblos indígenas del Guainía sobrevivan y vean la luz del cuarto milenio. Espero regresar antes de morir ¡y volver cargado con una tula inmensa de buenas noticias!

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